Eres alto, guapo, atractivo, tienes un cuerpazo y unos ojos deslumbrantes. Pero eres egocéntrico, gracioso pero engreído. Simplemente te tienes muy creído el adjetivo: Guapo. Vas con tu peña de amigos creyéndote el rey de roma. Te apoderas de corazones inocentes con una simple sonrisa y guiño de ojo. Tienes dos caras, niño bueno y niño malo. Vives de la buena vida siendo así, y aunque es de niñatos, eso, para mí, te hace tener algo especial.
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